XIII. Mi familia adoptiva en Jakarta

"Cochabambinos... hasta en la sopa!". Es el dicho popular con el que entendemos, que puedes encontrarte con un Cochabambino en cualquier parte del mundo, por que se dice que al valluno le gusta viajar. Mientras hacía maletas le decía a mi esposa Mónica, en tono de chiste, que de seguro me iva a encontrar algún cochala y que amigos conpatriotas no me faltarían en Jakarta, pero una vez allá me percaté via Internet que mi tarea de buscar bolivianos residentes de por allá no sería algo facil, asi que opté por buscar al menos gente de habla hispana, así fue que me contacté con un colega del rubro de origen Colombiano, a quién le deje mi tlefono por "siaca" habría la oportunidad de juntarnos a confraternizar algún dia. Pero no se dio. Ya resignado a profundizar mi Bahasa Indonesio a fin de no quedarme mas solo que un faro, fue que recibí una llamada de una Señora muy amigable de nombre Araceli, nada mas y nada menos que Camba!, quién me invitó a degustar un fricasé Jakarteño, con chuños que consiguió de milagro. En la reunión tuve la dicha de conocer otros bolivianos más con los que hicimos muy bunea amistad, entre ellos, Romulo Miranda (tarijeño apaceñado), Janet... esposa de un empresario americano, Pura... otra cruceña de excelente mano culinaria, y otros amigos latinos. La comida excelente, y en lo mejor de la reunion, mando traer del carro a su "majestad" la guitarra, y ahí no mas se hizo el festejo con lágrimas y todo!.

Amigos muy buenos todos, pero no fue hasta mi siguiente viaje que conocí en una de esas reuniones latinas, a una pareja absolutamente maravillosa, que luego me adoptaron como su hermano. Se trata de Jaime Soliz, ingeniero potosino que trabaja en el rubro del petroleo, y su esposa mi amiga entrañable Cristina Galan de origen cubano. Los últimos dos meses de mi estadía en el Asía tuve pues, el privilegio de frecuentarlos en diversas actividades que incluso me cambiaron la idea que tenía de Jakarta. Con Jaime nos poniamos karaoquear muy a menudo, tambien jugamos playstation, y saliamos a parrandear (sanamente) todos los fines de semana. Con Cristina saliamos a hacer compras, jugabamos juegos de salon, cocinábamos, y chismeabamos de todos y de todo. Cristina es de esas personas fraternas, que en la vez que tuvimos algun desentendido, me llamo al dia siguiente y me dijo "te invito a cenar en la noche!...acordate que los hermanos siempre pelean". Uno de los temas en desacuerdo que tuvimos fué que ella se declaraba atea, y yo soy de los que fundamento mi vida entera en Dios. Yo siempre entendí que Dios actuaba usando su vida, solo que ella no se daba cuenta que a él le debia su maravillosa humanidad.