Tres meses pasaron después de que por esas cosas del destino me vi involucrado en una de las experiencias más importantes de mi vida... completar una vuelta al mundo al planeta!
Una vuelta a nuestro mundo, a nuestro pedazo de roca llamada tierra. Más de 58.000 Km. recorridos, guitarra al hombro, partiendo desde Santa Cruz de la Sierra, cruzando el Atlántico, pasando por Europa, Sur de Asia, el Océano Indico, El archipiélago de Indonesia, el continente Australiano, alcanzando y atravesando el Océano Pacífico para luego cruzar Estados Unidos de costa a costa desde Los Angeles hasta Washington, para finalmente dirigirme al Sur, terminando mi recorrido en el mismo punto de partida, previo paso por Buenos Aires.
3 meses que atizaron mi mente y mi corazón, haciéndolos diferentes, viendo el mundo de otra forma, dejando de lado actitudes y habitos esclavistas a nosotros mismos que nos aferran a una sola forma de pensar, que no nos deja florecer como seres humanos. En este blog, al que todo el mundo es bien venido (léase literalmente), pretendo relatar mis experiencias vividas, una a una.
El orden de los articulos es cronológico, y aparece de primero el último publicado, recomiendo su lectura desde el fondo.
Sírvanse pues de estas experiencias a fin que sean de inspiración para conocer y amar nuestra casa en el universo que es nuestro planeta… o como le llamo yo: “El laboratorio favorito de Dios”.

III.: El Lag Jet Effect

Julio Verne en su famosa historia de la vuelta al mundo, muestra a los dinámicos viajeros enfrentando todo tipo de eventualidades en su recorrido, pero en ningún momento habla de uno de los malestares mas joodiiidooos de los viajes largos.

El Lag Ject Effect o mejor entendido en español como el efecto de retardo de viajes largos en corto tiempo. Se trata de un efecto somático (del cuerpo) en el que acontece temporalmente una serie de desordenes de nuestro reloj biológico interno. Este se torna en un síntoma bien molesto los primeros días después del viaje. Pasa que el cuerpo segrega una hormona llamada “melatonina” la cual actúa en relación a la luz solar. Esta es la encargada de que tengamos hambre al medio día, que nos de sueño a las 10 de la noche (salvo algunos amigos que conozco que recién a las 3:00 a.m.) que tengamos incluso la ida al baño regulada una hora determinada al día, Etc. Es decir que es la encargada de que nuestra orquesta orgánica actué armónicamente

Cuando el sol cambia su ciclo a nuestra percepción, la usual segregación de esta hormona se ve afectada y en mi caso, durante los primeros días en Singapur tenía un sueño de morfina cuando llegaba las 2 de la tarde, aunque si me acostaba no podía dormir, no me daba ganas de comer nada, dormía un par de horas en la noche, y me levantaba a las 2 de la mañana, a vueltas sin saber que hacer por que hasta la cabeza a uno le duele durante esta transición.

Lo Bueno del asunto es que solamente dura unos 4 a 5 días, luego el cuerpo entra en su nuevo ciclo y todo vuelve a la normalidad.

Existe en el medio aunque de muy escasa difusión unas pastillas de “melatonina” que ayudan a regular este efecto rápidamente. Incluso dicen que una sola pastilla sincroniza los nuevos ciclos biológicos. Yo me conformo con una receta super sencilla que me la menciono un colega: Evitar comer y tomar mucha agua!

Remitiéndome nuevamente a Julio Verne, cuando uno completa una vuelta al mundo, yendo en dirección Este como también fue mi caso, así como explica el desenlace de la conocida novela, uno gana un día mas de vida (o la pierde si se trata de un pesimista), es decir uno ve un atardecer y un amanecer más, para los mas románticos… una puesta más de sol.

Al respecto, recuerdo cuando llegue a casa, le dije a mi esposa cuanto la había extrañado, ella me dijo que de seguro me extraño más que yo a ella, entonces yo le dije que definitivamente yo la había extrañado más y que se lo podía demostrar. Entonces, seguro de su amor y del mió, le dije: desde el momento que partí tu viste 90 atardeceres pensando en mi y yo también pero los míos fueron 91!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pucha, che. Nos informas, nos entretienes... y hasta nos haces suspirar. ¡¡¡Muy bien!!!